miércoles, 10 de abril de 2019

El Proceso de las Iniciaciones en el Antiguo Egipto - PERÍODOS DE EXISTENCIA



No es suficiente dejarse arrastrar por las corrientes de la existencia. El curso de la vida está lleno muchas veces de obstáculos que tenemos que vencer con éxito. Fracasar significa que estamos condenados a ser sólo caricaturas de hombres. El tránsito humano empieza tan pronto como el niño recibe un nombre al nacer. La concesión del nombre marca el advenimiento de una nueva existencia. La gente de la antigüedad creyó que el que no tenía nombre, no había nacido verdaderamente. 
Y aquí está el primer obstáculo principal: el advenimiento de la pubertad está acompañado de una metamorfosis física y psicológica de tal naturaleza, que el nuevo ser parece emerger de la cáscara protectora de la infancia. El matrimonio también anuncia una nueva fase en la existencia. 

¿La vida de la pareja no requiere la creación de una armonía sutil y permanente entre los cuerpos y las almas - una metamorfosis mutua?. En lo que respecta al proceso lento del envejecimiento, también presenta nuevos problemas. Las facultades disminuyen, y desde ahora en adelante, la vida requiere menos espacio. Con el fin de subsistir sin un sentimiento de desesperación, debe haber sabiduría. Y finalmente, se acerca la muerte. El ser humano debe encararla sin temor, y, sin reproche, pasar por la transición. Así, el nacimiento, la pubertad, el matrimonio, el envejecimiento y la muerte, representan pruebas inevitables. Si las enfrentamos feliz o desesperadamente, si las celebramos o dejamos pasar inadvertidas, ellas trazan el sendero del hombre. 

Con cada prueba superada, empieza una nueva fase de la vida. Al final de cada período, aparece el perfil de un nuevo ser. Es verdad que actualmente el nombre tiene demasiada tendencia a no celebrar las varias etapas de vida que tiene que atravesar. Ya no siente con la misma agudeza cuánto cambia con cada obstáculo que vence. Poco a poco, se vuelve inconsciente de su metamorfosis. Al allanar los senderos de su vida, al remover todos los obstáculos en su ruta para facilitar su trayectoria, niega una verdad; se miente a sí mismo. Perdido en una niebla falaz del alma, va en desacuerdo con la cadencia vital imprescindible. Ahora, las preguntas angustiosas sobre el significado de la vida, provienen principalmente de la pérdida de este ritmo esencial. 

Muy por el contrario, la gente y las civilizaciones de la antigüedad sintieron profundamente cuan importante era celebrar cada etapa de la vida. Al representar sus “ritos de tránsito” que no sólo eran “fiestas” para celebrar el advenimiento a un nuevo período de existencia, toda la comunidad daba una victoriosa acogida a la nueva etapa de la vida, por medio de una serie de actos de poder creativo. Entrar a un nuevo ciclo con la ayuda de la comunidad y por medio del poder del ritual, significó llegar a ser iniciado. Existen - un hecho sumamente importante - las iniciaciones de la muerte. 
La muerte, la gran transición, es la iniciación final. Toda la gente del mundo exige que el neófito atraviese por la prueba de la muerte y experimente sus tormentos, para que nazca de nuevo. 

Los Misterios 

Tal es el propósito de estas doctrinas y prácticas secretas llamadas “Misterios”, los cuales eran comunes en el Medio Oriente, en Grecia y en la Antigua Roma. 
El ritual fue introducido para cambiar la cualidad del alma del novicio, para elevar su consciencia a un nivel sobrehumano y para convertirlo en un ser eterno. Así, los rituales de Adonis o Tammuz en el Cercano Oriente, de Osiris en Egipto, de Orfeo en las Islas de Grecia, de Dionisio en Hélade - todos representaron a la muerte y a la resurrección de manera que uno podía experimentar simbólicamente un estado superhumano y la vida eterna. Psicológicamente, estas prácticas resultaron en la verdadera victoria del hombre sobre el temor a la muerte. A través de la muerte iniciativa, el ser humano está absolutamente convencido de que será privado de los tormentos de la muerte, que es la suerte del hombre común. De hecho, él se salva porque ha sido iniciado. 

La Ciudad de Abydos Primero, iremos a Abydos a fin de conocer a los iniciados del Antiguo Egipto. Una ciudad muy sagrada, Abydos, ubicada al norte de Tebas, cobijó a una de las más antiguas necrópolis de la historia. Allí yacen los primeros reyes (empezando en el año 3.200 A.C.). Una constante devoción religiosa, hizo perdurar estos cementerios de cada período, a lo largo de la costa acantilada de Libia, a pesar de las caídas de los imperios. No es de extrañar, entonces, que nueve décimos de las estelas funerarias del Reino Medio (2052 a 1778 A.C.) exhibidos en los museos de Europa, ¡provienen de Abydos!.

EGIPTO


¿Cómo podemos explicar esta maraña de necrópolis de tres milenios y este depósito prodigioso de documentos?. El hecho es que esta ciudad fue dos veces venerable. Siendo originalmente el último lugar de descanso de los primeros faraones, al empezar el segundo milenio, llegó a ser el guardián de la cabeza de Osiris, el Salvador, quien condujo a los hombres a la inmortalidad. 

La parte más valiosa del cuerpo divino descuartizado por Seth, el Dios del Mal, yace en este lugar sagrado de Egipto, protegido en un santuario y coronado con dos plumas. El Sagrado Sepulcro fue construido al sur de la ciudad, en un lugar llamado Peker. Al norte se encontraba el gran santuario de Osiris, erigido al principio de la historia - empezando con la primera dinastía - modelado de nuevo, destruido y reconstruido varias veces; todo lo que ha quedado hoy es un diseño, apenas visible, del lugar de sus sucesivas épocas. Y sin embargo, junto con el Sagrado Sepulcro, este templo fue el crisol de la fe Osiriana. La reliquia inestimable - la cabeza de Osiris - confería sobre él un aura sin igual de poder sagrado. ¿Ha cambiado tanto la mentalidad de las masas?. París rinde honores a su héroe desconocido con su arco triunfal. Moscú preserva los restos de Lenín. 

Parece que cada ciudad extrae su fuerza de los legados de sus grandes muertos. Pero, ¿no fue Osiris, cuya resurrección prometió la vida eterna a cada hombre pío, el más poderoso de todos?. Así, Egipto quiso morir en Abydos: morir cerca del dios, descansar en la paz que emanaba del Sepulcro Sagrado y experimentar el milagro de la resurrección bajo su amparo. Este fue el sueño de todo un pueblo, de siglo en siglo. ¡ Ay!, no ha quedado nada de Abydos, excepto ruinas y un sólo bastión: el santuario de Seti I y el extraño edificio contiguo, llamado el Osireion. 

 Continua 

 Max Guilmot

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