Exactamente, ¿Qué es una Iniciación?. Debe hacerse una
distinción entre su procedimiento, es decir, entre su operación funcional
y su propósito. Este objetivo es un estado o condición de preparación.
Ésta consiste en una serie de pruebas y procesos que el Iniciado tiene
que pasar, para determinar si merece ser elevado a una posición
religiosa o social más alta.
La preparación es también una forma de
instrucción, una enseñanza, generalmente en forma simbólica, de un
conocimiento especializado.
El aspecto funcional de la Iniciación es su estructura ritualística.
Se imprime en el Iniciado la importancia de las pruebas en una forma
dramática, o sea, se le representa el propósito y lo que se espera de él.
Esta forma de iniciación tiene un impacto emocional sobre el individuo,
lo que no haría solo un discurso dialéctico o retórico.
Los acontecimientos dramáticos de la Iniciación son intentados
para aprovechar toda la gama emocional del individuo.
Por ejemplo,
pueden originar miedo, ansiedad, depresión momentánea, y, por último,
un regocijo que puede llegar al éxtasis.
La verdadera Iniciación esotérica como es representada
actualmente por organizaciones fraternales de naturaleza mística,
metafísica y filosófica incorpora esos fundamentos usados en las
iniciaciones del antiguo Egipto, Roma, Grecia y determinadas sectas de
la Edad Media.
El ingreso a las antiguas escuelas de los misterios, era siempre en
forma de una Iniciación.
La gnosis, el conocimiento especial que sería
comunicado al candidato, fue considerado de naturaleza sagrada. Se
pensó que el conocimiento era de origen divino, revelado a través de los
oráculos y los sacerdotes. Por consiguiente, la Iniciación, en su antigua
característica, tenía un sincronismo de religión, de metafísica y de lo que
podemos llamar filosofía moral.
El tema de la Iniciación gira alrededor de los misterios comunes del hombre de la época: misterios, sin embargo, que aún desafían la razón, la inteligencia y la imaginación del hombre moderno.
Estos fueron
sobre el origen del universo, del hombre, de la naturaleza, del
nacimiento y de la muerte, de las manifestaciones de los fenómenos
naturales y de la vida después de ésta.
El conocimiento impartido al
Iniciado verbal y simbólicamente, así como también por medio de la
representación de los papeles ritualísticos, tuvo el propósito de
iluminarlo con respecto a estos misterios.
Puesto que el conocimiento era sacrosanto, no se profanaría
revelándolo al individuo no iniciado, sin la debida preparación y sin
calificación. Por consiguiente, se exigieron juramentos solemnes a los
candidatos, para que nunca divulgaran las experiencias adquiridas
durante la Iniciación.
Mucho se ha escuchado sobre el hecho de que estas Iniciaciones
fueron realizadas hace milenios en Egipto. Pero, a causa de los votos
sagrados, poco nos ha llegado en esencia como material auténtico,
indicativo de los verdaderos ritos de tales Iniciaciones.
¡En verdad, yo soy aquél que mora en la Luz;
(Sí), soy un Alma que llegó a ser
Nací en el cuerpo del dios!
(Sí), soy un halcón que mora en la Luz,
Que encuentra su poder a través de su (propia) luz
¡Y en su (propio) resplandor!
(¡Oh, siris!)
Señor de las Manifestaciones,
Grandioso y Majestuoso,
¡Aquí estoy delante de ti!.
(De los Textos de los Sarcófagos)
Max Guilmot
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