La magia ceremonial es el arte antiguo de invocar y controlar a los espíritus mediante la aplicación científica de determinadas fórmulas. Un mago, envuelto en vestiduras sagradas y con una varita que lleve inscritas figuras jeroglíficas, podía, por el poder que le conferían determinadas palabras y símbolos, controlar a los habitantes invisibles de los elementos y del mundo astral. Si bien la magia ceremonial compleja de la Antigüedad no era necesariamente mala, de su perversión surgieron varias escuelas falsas de brujería o magia negra. Egipto, un gran centro del saber y cuna de numerosas artes y ciencias, proporcionó un entorno ideal para la experimentación trascendental. Allí, los magos negros de la Atlántida siguieron ejerciendo sus poderes sobrehumanos hasta socavar y corromper por completo la moralidad de los Misterios primitivos.
Mediante el establecimiento
de una casta sacerdotal, usurparon el
puesto que antes ocupaban los iniciados
y tomaron las riendas del gobierno
espiritual. De este modo, la magia negra
dictaba la religión estatal y paralizaba
las actividades intelectuales y
espirituales del individuo, al exigir su
conformidad total y decidida con el
dogma formulado por la clase
sacerdotal. El faraón se convirtió en un
títere en las manos del Concilio
Escarlata, un comité de archihechiceros
que los sacerdotes habían puesto en el
poder.
Aquellos hechiceros emprendieron
entonces la destrucción sistemática de
todas las claves de la Sabiduría Antigua,
para que nadie pudiera tener acceso al
conocimiento necesario para llegar a ser
maestro sin haberse convertido antes en
miembro de su orden. Mutilaron los
rituales de los Misterios mientras
presumían de preservarlos, de modo
que, aunque el neófito pasara de un
grado a otro, no pudiera obtener el
conocimiento que le correspondía. Se
introdujo la idolatría, al alentarse el
culto a las imágenes que al principio los
sabios habían erigido solo como
símbolos para el estudio y la
meditación.
Se dieron falsas
interpretaciones a los emblemas y las
figuras de los Misterios y se crearon
teologías complicadas para confundir la
mente de sus devotos. Las masas,
privadas de su derecho inalienable al
saber y sumidas en la ignorancia,
acabaron por convenirse en esclavos
abyectos de los impostores espirituales.
Se impuso en todo el mundo la
superstición y los magos negros
dominaban por completo los asuntos
nacionales, como consecuencia de lo
cual la humanidad sigue padeciendo las
sofisterías de la clase sacerdotal de la
Atlántida y Egipto.
Plenamente convencidos de que sus
Escrituras lo aprobaban, muchos
cabalistas medievales dedicaron su vida
a la práctica de la magia ceremonial.
El
trascendentalismo de los cabalistas se
basa en la fórmula antigua y mágica del
rey Salomón, a quien los judíos
consideran desde hace mucho el
príncipe de los magos ceremoniales.
Entre los cabalistas de la Edad
Media había gran cantidad de magos
negros, que se alejaron de los conceptos
nobles del Sefer Yetzirah para enredarse
en el demonismo y la brujería.
Pretendían reemplazar con espejos
mágicos, puñales consagrados y círculos
desplegados en torno a postes de clavos
de ataúdes la vida virtuosa que, sin la
asistencia de complejos rituales ni de
criaturas inframundanas conduce al
hombre, indefectiblemente, a un estado
de auténtica completitud individual.
Quienes pretendían controlar a los
espíritus elementales mediante la magia
ceremonial esperaban obtener de los
mundos invisibles conocimientos poco
comunes o poderes sobrenaturales.
El
diablillo rojo de Napoleón Bonaparte y
las cabezas oraculares de infausta
memoria de los Medici son ejemplos de
las desastrosas consecuencias que
acarrea permitir que los seres
elementales dicten el curso del proceder
humano. Aunque parezca que el demonio
erudito y divino de Sócrates ha sido una
excepción, en realidad esto demuestra
que la condición intelectual y moral del
mago tiene mucho que ver con el tipo de
elemental que es capaz de invocar; sin
embargo, hasta el demonio de Sócrates
lo abandonó cuando se dictó su
sentencia de muerte.
El trascendentalismo y todas las
formas de magia fenomenalista no son
más que callejones sin salida, productos
de la hechicería de los atlantes, y
quienes abandonan el camino recto de la
filosofía para deambular por allí casi
siempre han sido víctimas de su
imprudencia. Cuando el hombre es
incapaz de controlar sus propios
apetitos, tampoco es capaz de gobernar
a unos espíritus elementales fogosos y
apasionados.
BAPHOMET, LA CABRA
DE MENDES
Éliphas Lévi: Trascendental Magic
La práctica de la magia, tanto la
blanca como la negra, depende
de la capacidad del adepto para
controlar la fuerza vital
universal, lo que Éliphas Lévi
llama el gran agente mágico, o la
luz astral. Mediante la
manipulación de esta esencia
fluida, se producen los
fenómenos del
trascendentalismo. La famosa
cabra de Mendes era una
criatura hermafrodita compleja,
que simbolizaba aquella luz
astral. Es idéntica a Baphomet,
el pantheos mítico de unos
discípulos de la magia
ceremonial —los Templarios—,
que probablemente la obtuvieron
de los árabes.
Más de un mago ha perdido la vida por
haberse internado por un camino en el
cual las criaturas submundanas podían
intervenir activamente en sus asuntos.
¿Qué esperaba conseguir Éliphas Lévi
cuando invocaba al espíritu de Apolonio
de Tiana? ¿Acaso satisfacer la
curiosidad constituye motivo suficiente
para justificar la dedicación de toda una
vida a una empresa peligrosa e inútil? Si
Apolonio, cuando estaba vivo, se
negaba a divulgar sus secretos a los
profanos, ¿existe alguna probabilidad de
que, después de muerto, los revele a los
curiosos?
El propio Lévi no se atrevía a
afirmar que el espectro que se le
apareció fuese en realidad el gran
filósofo, porque era muy consciente de
la propensión de los elementales a
hacerse pasar por los muertos. La
mayoría de las modernas apariciones
espiritistas no son más que criaturas
elementales que se hacen pasar por
cuerpos compuestos por la sustancia del
pensamiento suministrada precisamente
por las personas que desean contemplar
aquellos espectros de seres incorpóreos.
La teoría y la práctica de la magia
negra
A partir de un breve análisis de sus
premisas básicas, podemos aclarar un
poco la complejidad de la teoría y la
práctica de la magia ceremonial.
Primera. El universo visible tiene
una contrapartida invisible, cuyos
planos superiores están poblados por
espíritus buenos y hermosos, mientras
que los planos inferiores, oscuros y
ominosos, son la morada de los malos
espíritus y los demonios dirigidos por el
ángel caído y sus diez príncipes.
Segunda. Mediante los procesos
secretos de la magia ceremonial es
posible ponerse en contacto con estas
criaturas invisibles y obtener su ayuda
para algunas tareas humanas.
Los
espíritus buenos prestan ayuda de buen
grado para cualquier empresa
respetable; en cambio, los espíritus del
mal solo sirven a aquellos que viven
para corromper y destruir.
Tercera. Es posible establecer
pactos con los espíritus, en virtud de los
cuales el mago se convierte, por un
tiempo determinado, en amo de un ser
elemental.
Cuarta. La magia negra se celebra
con la colaboración de un espíritu
demoníaco, que sirve al hechicero
durante toda su vida terrenal, con la
condición de que, después de su muerte,
el mago se convierta en siervo de su
propio demonio.
Por este motivo, el
mago negro hará lo imposible por
prolongar su existencia física, puesto
que no le espera nada más allá de la
tumba.
La forma más peligrosa de magia
negra es la perversión científica del
poder oculto para satisfacer un deseo
personal.
Su forma menos compleja y
más universal es el egoísmo humano,
porque el egoísmo es la causa
fundamental de todo el mal terrenal.
Un
hombre es capaz de entregar su alma
eterna a cambio del poder temporal y a
lo largo de los siglos ha evolucionado
un proceso misterioso que en realidad le
permite hacer este intercambio.
En sus
diversas ramas, el arte negro incluye
casi todas las formas de la magia
ceremonial, la nigromancia, la brujería,
la hechicería y el vampirismo.
Dentro de
la misma categoría general se incluyen
también el mesmerismo y el hipnotismo,
salvo cuando se utilizan exclusivamente
con fines médicos, aunque incluso
entonces existe un elemento de riesgo
para todas las partes implicadas.
Aunque parecería que el demonismo
medieval ha desaparecido, existen
pruebas en abundancia de que en muchas
formas del pensamiento moderno —
sobre todo en las llamadas psicología de
la prosperidad, metafísica del
fortalecimiento de la fuerza de voluntad
y tácticas de venta agresiva— la magia
negra no ha hecho más que experimentar
una metamorfosis y, por más que su
nombre haya cambiado, su naturaleza
sigue siendo la misma.
Un mago medieval muy famoso fue
el doctor Johannes Faustus, más
conocido como el doctor Fausto, que,
mediante el estudio de obras mágicas,
logró someter a su servicio a un
elemental que le sirvió durante muchos
años de diversas formas. Se cuentan
extrañas leyendas acerca de los poderes
mágicos del doctor Fausto. En una
ocasión en la que, aparentemente, el
filósofo estaba juguetón, arrojó su manto
sobre un montón de huevos que había en
la cesta de una vendedora en el mercado
y de inmediato salieron de ellos los
polluelos.
En otra ocasión, después de
haber caído por la borda de una barca,
fue rescatado y devuelto a la
embarcación con la ropa todavía seca.
Sin embargo, como casi todos los demás
magos, el doctor Fausto acabó
finalmente en desastre: lo hallaron una
mañana con un cuchillo clavado en la
espalda y la opinión extendida fue que
su espíritu familiar lo había asesinado.
Si bien en general se considera que el
doctor Fausto de Goethe no es más que
un personaje ficticio, en realidad aquel
viejo mago vivió durante el siglo XVI. El
doctor Fausto escribió un libro en el
cual describe sus experiencias con los
espíritus, del cual copiamos a
continuación un trozo.
FORMULARIO DE UN
PACTO CON EL ESPÍRITU
DE JÚPITER.
De El Libro Completo de
Ciencia Mágica
«La mencionada Unión de
«La mencionada Unión de
Espíritus, que está unida al sello
y al carácter del ángel
planetario, debe ser escrita sobre
pergamino virgen y colocada
ante el Espíritu [para ser
firmada] cuando éste aparezca;
en ese momento, el conjurador
no debe perder la confianza;
más bien debe ser paciente,
firme, valiente y perseverante, y
cuidarse de no preguntar ni
requerir nada del Espíritu que no
sea una visión de la gloria de
Dios y el bienestar de sus
iguales. Habiendo obtenido sus
deseos del Espíritu, el conjurador
podrá autorizarlo a marcharse».
Extracto del libro del Dr. Fausto,
Wittenberg, 1524
Desde mi juventud he seguido las artes
y las ciencias y he sido un lector de
libros infatigable. Entre los que
cayeron en mis manos figura un
volumen que contenía todo tipo de
invocaciones y fórmulas mágicas.
Hallé en él información sobre la
manera de obligar a un espíritu, ya sea
de fuego, agua, tierra o aire, a cumplir
la voluntad de un mago que sea capaz
de controlarlo. Descubrí también que,
como algunos espíritus son más
poderosos que otros, cada uno se
adapta para hacer algo diferente y
cada uno es capaz de producir
determinados efectos sobrenaturales.
Después de leer aquel libro
extraordinario, hice varios
experimentos, porque deseaba poner a
prueba la veracidad de sus
afirmaciones. Al principio, tenía escasa
fe en que se produjera lo prometido,
pero, con la primera invocación que
probé, se manifestó ante mí un espíritu
poderoso, que quiso saber por qué lo
había invocado. Su advenimiento me
dejó tan atónito que casi no supe qué
decir, aunque al final le pedí que me
ayudara en mis investigaciones
mágicas Respondió que lo haría si se
cumplían determinadas condiciones.
Las condiciones eran que hiciera un
pacto con él. Yo no deseaba hacerlo,
pero, como en mi ignorancia no me
había protegido con un círculo, sino
que estaba a merced del espíritu, no me
atreví a rechazar su petición y me
resigné a lo inevitable, pensando que lo
más prudente era dejarme llevar por la
corriente.
Entonces le dije que, si se mostraba
servicial conmigo, según mis deseos y
necesidades, durante cierto tiempo, me
pondría a su disposición.
Una vez
acordado el pacto, aquel espíritu
poderoso, cuyo nombre era Astaroth,
me presentó a otro espíritu, llamado
Marbuel, que fue puesto a mi servicio.
Interrogué a Marbuel, para ver si era
adecuado para mis necesidades Le
pregunté si era rápido y me respondió:
«Tan rápido como el viento». Su
respuesta no me satisfizo, de modo que
le repliqué: «No puedes ser mi siervo.
Vuelve por donde has venido». No tardó
en manifestarse otro espíritu, cuyo
nombre era Aniguel.
Le formulé la
misma pregunta y me respondió que era
rápido como las aves en el aire, de
modo que le dije: «Tú también eres
demasiado lento para mí. Vuelve por
donde has venido». En el mismo
instante se manifestó otro espíritu, de
nombre Aziel. Por tercera vez formulé
mi pregunta y él respondió: «Soy tan
rápido como el pensamiento humano».
«Me servirás», le dije, y aquel espíritu
me fue fiel durante mucho tiempo,
aunque no se puede contar cómo me
sirvió en un documento de este tamaño
y aquí me limitaré a indicar la manera
de invocar a los espíritus y de preparar
los círculos de protección. Hay muchos
tipos de espíritus que se dejan invocar
por el hombre y se convierten en
siervos suyos De estos mencionaré
algunos:
Aziel: el más poderoso de los que
sirven al hombre. Se manifiesta con
una forma humana agradable, de unos
noventa centímetros de altura. Hay que
invocarlo tres veces para que aparezca
en el círculo que se ha preparado para
él. Proporciona riquezas y trae cosas al
instante desde grandes distancias,
según la voluntad del mago. Es tan
rápido como el pensamiento humano.
Aniguel: servicial y sumamente útil,
se presenta con la forma de un niño de
diez años.
Hay que invocarlo tres veces
Está capacitado especialmente para
descubrir tesoros y minerales ocultos
en el suelo, que proporcionará al mago.
Marbuel: verdadero señor de las
montañas y tan rápido como un pájaro
volando. Es un espíritu hostil y
problemático, difícil de controlar. Hay
que invocarlo cuatro veces. Aparece en
la persona de Marte [un guerrero con
una armadura pesada]. Presentará al
mago aquellas cosas que crecen por
encima y por debajo de la tierra. Es en
particular el señor de la raíz de
primavera. [La raíz de primavera es
una planta misteriosa, probablemente
de color rojizo, que, según los magos
medievales, tenía la propiedad de
hacer salir o abrir todo lo que tocase.
Si la ponían contra una puerta cerrada
con llave, la puerta se abría.
Los
herméticos creían que el pájaro
carpintero de cabeza roja estaba
dotado especialmente de la facultad de
descubrir la raíz de primavera, de
modo que lo seguían hasta el nido y
obturaban el agujero del árbol donde
estaban sus crías. Entonces el pájaro
carpintero partía enseguida a buscar la
planta y, cuando la descubría, la
llevaba hasta el árbol y con ella
retiraba el tapón que obstruía la
entrada al nido. Entonces el mago le
quitaba la planta al ave. También se
afirmaba que, debido a la estructura de
la planta, algunos espíritus
elementales que se manifestaban
mediante la propensión a hacer salir o
abrir cosas utilizaban el cuerpo etéreo
de la raíz de primavera como medio de
expresión.]
Azabel: un señor del mar poderoso,
que controla lo que está tanto por
encima como por debajo del agua.
Recupera cosas que se han perdido o
hundido en ríos, lagos y océanoa como
barcos y tesoros hundidos. Cuanto más
enérgica sea la invocación, más prisa
se dará para cumplir su misión.
Machiel: se presenta en forma de
una hermosa doncella y con su ayuda
el mago consigue honor y dignidad.
Ella convierte a aquellos a quienes
sirve en dignos y nobles, refinados y
gentiles y colabora en todo lo
relacionado con los litigios y la
justicia. No se presenta a menos que se
la invoque dos veces.
Baruel: el maestro de todas las
artes. Se manifiesta como un
trabajador cualificado y se presenta
con delantal. Puede enseñar más a un
mago en un instante que todos los
trabajadores cualificados del mundo
juntos en veinte años. Hay que
invocarlo tres veces.
Estos son los espíritus más
serviciales para el hombre, pero hay
muchísimos más que, por falta de
espacio, no puedo describir. Ahora
bien, si alguien desea la ayuda de un
espíritu para conseguir algo, primero
tiene que dibujar el signo del espíritu
al que desea invocar. El dibujo se tiene
que trazar justo delante de un círculo
hecho antes de la salida del sol, en el
que se han de colocar el interesado y
sus ayudantes. Si uno desea ayuda
financiera, debe invocar al espíritu
Aziel. Hay que dibujar su signo delante
del círculo. Si uno quiere otras cosas,
tiene que trazar el signo del espíritu
capaz de proporcionarlas. En el lugar
donde se va a trazar el círculo, primero
hay que dibujar una cruz enorme con
una espada grande con la que nadie
haya sido herido. A continuación, hay
que hacer tres círculos concéntricos.
El
central se hace con una tira larga de
pergamino sin usar y se debe colgar
encima de doce cruces hechas de
madera de espino de la cruz. En el
pergamino hay que escribir los
nombres y los símbolos acordes con la
figura que sigue. Por fuera de este
primer círculo hay que trazar el
segundo de esta forma:
Primero se sujeta un hilo de seda
roja que se haya hilado o retorcido
hacia la izquierda, en lugar de hacia la
derecha. A continuación se ponen en el
suelo doce cruces hechas de hojas de
laurel y también se prepara una tira
larga de papel blanco intacto. Se
escriben con una pluma sin usar los
caracteres y los símbolos que se ven en
el segundo círculo.
Se enrolla esta tira
de papel con el hilo de seda roja y se
clava sobre las doce cruces de hojas de
laurel. Por fuera de este segundo
círculo se hace otro, también con
pergamino sin usar, y se clava sobre
doce cruces de palmera consagrada.
Después de hacer estos tres círculos,
uno se introduce en ellos hasta quedar
de pie en el centro sobre un pentáculo
trazado en el medio de la gran cruz
dibujada en primer lugar. Para que
salga bien, hay que hacer todo según la
descripción y, después de leer toda la
invocación sagrada, se pronuncia el
nombre del espíritu que uno desea que
aparezca.
Es fundamental que el
nombre se pronuncie con toda claridad.
También hay que tener en cuenta el día
y la hora, porque cada espíritu solo
puede ser invocado en determinados
momentos.
Según la superstición medieval, los magos negros se convertían en hombres lobo que vagaban por la tierra durante la noche y atacaban a víctimas indefensas para conseguir la fuerza vital que contenía su sangre.
UN CÍRCULO MÁGICO
The Complete Book of Magic
Science (inédito)
Representación fiel y completa
de un círculo mágico diseñado
por prestidigitadores medievales
para invocar a los espíritus. El
mago, acompañado por su
ayudante, ocupa su puesto en el
punto formado por la
intersección de las líneas
centrales marcadas «Magister».
Las palabras que aparecen
alrededor del círculo son los
nombres de las inteligencias
invisibles y las crucecitas
marcan puntos en los cuales se
recitan determinadas plegarias e
invocaciones. El pequeño círculo
externo se prepara para el
espíritu que se va a invocar y
mientras se usa lleva la marca
de la inteligencia deseada,
trazada dentro del triángulo.
El modus operandi para la invocación
de espíritus
El siguiente fragmento condensado,
extraído de un manuscrito antiguo, se
reproduce a continuación como ejemplo
del ritualismo de la magia ceremonial. Plegaria inicial
“Dios omnipotente y eterno
que habéis ordenado toda la
creación para vuestra gloria y
alabanza y para la salvación del
hombre, os suplico de todo
corazón que enviéis a uno de
vuestros espíritus de la orden de
Júpiter, uno de los mensajeros de
Zadkiel, a quien habéis
designado gobernador de vuestro
firmamento en este momento,
para que fielmente, de buen
grado y de inmediato me enseñe
todo aquello que le pida, ordene
o requiera.
No obstante, oh,
Santísimo Dios, que no se haga
mi voluntad sino la vuestra, por
medio de Jesucristo, vuestro
único Hijo, nuestro Señor.
Amén.
La invocación
[Después de consagrar como
corresponde sus vestiduras y sus
utensilios y de protegerse con su
círculo, el mago invoca ahora a
los espíritus para que aparezcan
y accedan a sus demandas].
Espíritus cuya asistencia
requiero, observad el signo y los
nombres sagrados del Dios
todopoderoso. Obedeced el
poder de este pentáculo nuestro;
salid de vuestras cavernas y de
los lugares oscuros en los que os
escondéis: interrumpid la
ocupación dolorosa de los
infelices mortales a los que
torturáis sin cesar: venid a este
lugar donde la bondad divina nos
ha reunido; prestad atención a
nuestras órdenes y conoced
nuestras demandas justas; no
penséis que vuestra resistencia
nos hará cejar en nuestro
empeño. Nada nos hará
prescindir de vuestra
obediencia. Os lo ordenamos por
los nombres misteriosos de
Elohe Agla Elohim Adonay
Gibort. Amén.
Apelo a vos Zadkiel, en
nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, la Santísima
Trinidad, unidad inefable.
Os invoco y os suplico,
Zadkiel, que ahora atendáis las
palabras y los conjuros que
utilizaré en este día por los
nombres sagrados de Dios Elohe
El Elohim Elion Zebaoth
Escerehie lah Adonay
Tetragrammaton.
Os conjuro, os exorcizo, oh,
espíritu de Zadkiel, por estos
nombres sagrados Hagios O
Theos Iscyros Athanatos
Paracletus Agla orí Alpha el
Omega lolh Aglanbroth Abiel
Anathiel Tetragrammaton y por
todos los demás nombres de
Dios grandes y gloriosos,
sagrados e inefables,
misteriosos, poderosos e
incomprensibles, para que
escuchéis las palabras de mi
boca y me enviéis a Pabiel o a
algún otro de los espíritus que os
sirven y velan por vos para que
me enseñe lo que le pida en
nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén.
Os suplico, Pabiel, por todos
los espíritus del cielo, los
serafines, querubines, tronos,
dominaciones, principados,
potestades, virtudes, arcángeles
y ángeles, por los sagrados
grandes y gloriosos ángeles
Orphaniel Tetra-Oagiel Salamla
Acimoy pastor poti, que os
presentéis de inmediato, que os
mostréis enseguida para que
podamos veros y oíros, que nos
habléis y cumpláis nuestros
deseos y que por vuestra
estrella, Júpiter, y por todas las
constelaciones del cielo y por lo
que sea que obedezcáis y por
vuestro carácter que habéis
dado, propuesto y confirmado,
que me atendáis de acuerdo con
la plegaria y las peticiones que
he hecho a Dios Todopoderoso y
que de inmediato me enviéis a
uno de los espíritus que velan
por vos para que de buen grado,
de verdad y fielmente cumpla
todos mis deseos y que le
ordenéis que comparezca ante mí
en la forma de un hermoso ángel,
que se ponga en comunicación
conmigo con delicadeza,
cortesía, amabilidad y docilidad
y que no permita que ningún
espíritu maligno me ocasione
ningún tipo de daño, me asuste ni
me espante de ningún modo ni
que me engañe en modo alguno.
En virtud de Nuestro Señor
Jesucristo, en cuyo nombre
atiendo, espero y aguardo
vuestra aparición. Que así sea,
que así sea, que así sea. Amén,
amén, amén.
Interrogatorios
[Después de convocar el
espíritu a su presencia, el mago
lo interroga de la siguiente
manera:]
—¿Venís en paz en el nombre
del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo?
—Sí —responderá el
espíritu.
—Me alegro de que estéis
aquí, noble espíritu.
¿Cuál es
vuestro nombre? —Pabiel. —
responderá el espíritu.
—Os he invocado en el
nombre de Jesús de Nazaret, ante
cuyo nombre todos se arrodillan
en el cielo, la tierra y el infierno
y todas las bocas reconocen que
no hay ningún nombre como el
suyo, que ha dado poder a los
hombres para atado y para
desalarlo todo en su Santísimo
Nombre, incluso a los que
confían en su salvación.
¿Sois el
mensajero de Zadkiel?
—Sí —responderá el
espíritu.
—¿Me confirmáis que a
partir de este momento me
revelaréis todo lo que deseo
saber y me enseñaréis a
aumentar mi saber y mis
conocimientos y me mostraréis
todos los secretos de la magia y
de todas las ciencias liberales
para que así pueda manifestar la
gloria de Dios Todopoderoso?
—Sí —responderá el
espíritu.
—Entonces os suplico que
vengáis a mí cada vez que os
invoque y que me prestéis
juramento y yo cumpliré
religiosamente mi promesa y mi
pacto con Dios Todopoderoso y
os recibiré con amabilidad cada
vez que comparezcáis ante mí.
Autorización para partir
—Puesto que venís en paz y
sosiego y habéis respondido a
mis peticionea doy humildes y
abundantes gracias a Dios
Todopoderoso, en cuyo nombre
os he invocado y habéis venido y
ahora podéis partir en paz a
cumplir vuestras órdenes para
regresar a mí cada vez que os
invoque por vuestro juramento o
por vuestro nombre o por vuestra
orden o por vuestro oficio, que
os ha sido concedido por el
Creador, y que el poder de Dios
sea conmigo y con vos y con
todos los hijos de Dios, amén.
—Gloria al Padre, al Hijo y
al Espíritu Santo.
[Nota] Es conveniente que el
invocador permanezca en el
círculo unos cuantos minutos
después de recitar la
autorización y, si el lugar donde
se ha llevado a cabo está al aire
libre, que destruya todo rastro
del círculo, etcétera, y que
regrese tranquilamente a su casa.
En cambio, si la invocación se
desarrolla en un lugar apartado
de una vivienda, etcétera, el
círculo puede quedar, ya que
puede servir para una invocación
futura, aunque la habitación o el
edificio se tiene que cerrar con
llave, para que no entren
extraños.
El acuerdo que se acaba de presentar es pura magia ceremonial. En el caso de la magia negra, es el mago el que tiene que firmar el pacto, en lugar del demonio. Cuando el mago negro somete a un elemental a su servicio, se entabla una lucha de ingenios que acaba ganando el demonio. El mago firma el pacto entre él y el demonio con su propia sangre, porque en el arcano de la magia se declara que «quien controla la sangre de otro controla su alma». Mientras el mago no falle, el elemental cumplirá al pie de la letra su obligación en virtud del pacto, pero el demonio hará todo lo posible para que el mago no pueda cumplir su parte del acuerdo. Cuando el mago, situado dentro de su círculo, haya invocado el espíritu que desea controlar y le haya transmitido su intención, el espíritu responderá algo así como: «No puedo acceder a tu pedido ni satisfacerlo, a menos que dentro de cincuenta años te entregues a mí en cuerpo y alma, para que yo haga lo que me plazca».
Si el mago se niega, se discutirán otras condiciones. Es posible que el espíritu diga: «Estaré a tu servicio mientras todos los viernes por la mañana salgas a la calle a dar limosna en nombre de Lucifer. Serás mío la primera vez que dejes de hacerlo». Si el mago se sigue negando, porque se da cuenta de que el demonio hará que le resulte imposible atenerse al contrato, se discutirán otros términos, hasta llegar finalmente a un pacto, que podría ser como sigue: «Por el presente me comprometo ante el Gran Espíritu Lucífugo, príncipe de los demonios, a que todos los años le entregaré un alma humana para que haga con ella lo que le plazca y a cambio Lucífugo se compromete a otorgarme los tesoros de la tierra y a cumplir todos mis deseos mientras dure mi vida natural. Si no consigo entregarle todos los años la ofrenda mencionada, le entregaré mi propia alma. Firmado:…». [El invocador firma el pacto con su propia sangre.]
El Pentáculo
Para el simbolismo, una figura invertida
siempre significa un poder depravado.
Una persona corriente ni siquiera
sospecha las propiedades ocultas de los
pentáculos emblemáticos. Al respecto ha
escrito el gran Paracelso: «No cabe
duda de que muchos se burlarán de los
sellos, sus caracteres y sus usos, como
se describen en estos libros, porque les
resulta increíble que los metales y los
caracteres, que están muertos, produzcan
algún efecto. Sin embargo, nadie ha
demostrado jamás que los metales y
tampoco que los caracteres, como los
conocemos, estén muertos, porque las
sales, el azufre y las quintaesencias de
los metales son lo que mejor conserva la
vida humana y son muy superiores a
todas las demás plantas herbáceas con
propiedades medicinales».
EL PENTÁCULO
Éliphas Lévi: Trascendental
Magic
El pentáculo es la representación
del microcosmos: la fórmula
mágica del hombre. Es lo que
surge del cuatro: el alma humana
que surge de la esclavitud de la
naturaleza animal. Es la
verdadera luz: la «estrella de la
mañana». Marca el lugar donde
se sitúan los cinco centros
misteriosos de fuerza, la toma de
conciencia de los cuales
constituye el secreto supremo de
la magia blanca.
El mago negro no puede usar los
símbolos de la magia blanca sin atraer
sobre sí las fuerzas de la magia blanca,
lo cual resultaría fatal para sus planes,
de modo que tiene que distorsionar los
hierogramas para que tipifiquen el hecho
oculto de que él mismo está
distorsionando los principios que los
símbolos representan. La magia negra no
es un arte fundamental, sino el uso
incorrecto de un arte. Por consiguiente,
no tiene símbolos propios, sino que se
limita a tomar las figuras emblemáticas
de la magia blanca y, al invertirlas y
darles vuelta, se entiende que es
siniestra.
Encontramos un buen ejemplo de
esta práctica en el pentáculo, o estrella
de cinco puntas, compuesta por cinco
líneas unidas. Esta figura es el símbolo
consagrado de las artes mágicas y
representa las cinco propiedades del
Gran Agente Mágico, los cincos
sentidos del hombre, los cinco
elementos de la naturaleza y las cinco
extremidades del cuerpo humano.
Mediante el pentáculo que hay dentro de
su propia alma, el hombre no solo puede
dominar y gobernar a todas las criaturas
inferiores a sí mismo, sino que puede
pedir la consideración de las que son
superiores a él.
El pentáculo se utiliza mucho en la
magia negra, pero cuando se usa así, su
forma siempre difiere en alguna de las
tres formas siguientes: es posible que la
estrella se interrumpa en algún punto, de
modo que las líneas convergentes no se
toquen, o que esté invertida, de modo
que tenga una punta hacia abajo y dos
hacia arriba, o que esté deformada y que
las puntas tengan distinta longitud.
Cuando se usa en magia negra, el
pentáculo recibe el nombre de «signo de
la pezuña hendida», o la huella del
diablo. A la estrella con dos puntas
hacia arriba se la llama también la
«cabra de Mendes», porque la estrella
invertida tiene la misma forma que la
cabeza de una cabra. Cuando se gira la
estrella vertical y la punta superior
queda hacia abajo, representa la caída
de la estrella de la mañana.
Manly Palmer Hall
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