jueves, 29 de septiembre de 2016

4 Ð EL TETRAGRAMATON





Géburah Chesed -Porta Librorum -Elementa

Existen en la Naturaleza dos fuerzas que producen un equilibrio, no obedeciendo los tres más que a una sola ley. He aquí el ternario resumiéndose en la unidad, y agregando la idea de la unidad a la del ternario, se llega al cuaternario, primer número cuadrado y perfecto, manantial de todas las combinaciones numéricas y principio de las formas.

Afirmación, negación, discusión, solución; tales son las cuatro operaciones filosóficas el espíritu humano. La discusión concilia la negación con la afirmación, haciéndolas necesarias la una a la otra. Por esta causa el ternario filosófico, al producirse del binario antagónico, se completa por el cuartenario, base cuadrada de toda verdad. En Dios, según el dogma consagrado, hay tres personas, y esas tres personas no son más que un solo Dios. Tres y uno dan la idea de cuatro, porque la unidad es precisa para explicar los tres. Así, en casi todos los idiomas, el nombre de Dios consta de cuatro letras, y en hebreo esas cuatro letras no hacen más que tres, porque hay en él una que se repite dos veces: la que manifiesta el Verbo y la creación del Verbo. 

Dos afirmaciones hacen posible o necesarias dos negaciones correspondientes. El ser está significado, la nada no lo está. La afirmación, como Verbo, produce la afirmación como realización o encarnación del Verbo, y cada una de esas afirmaciones corresponde a la negación de su contraria.

También resulta que, según el decir de los cabalistas, el nombre del demonio se compone de letras
vueltas del Dios o del bien. Este mal es el reflejo perdido o el miraje imperfecto de la luz en la sombra.
Pero, todo lo que existe, sea en mal, sea en la luz, sea en la sombra, existe y se revela por el cuaternario1.

La afirmación de la unidad supone el número cuatro, si esta afirmación no ha de girar en la unidad misma como en un circulo vicioso. Así, pues, el ternario, como ya lo hemos observado, se explica por el binario y se resuelve por el cuaternario, que es la unidad cuadrada de los números pares y la base cuadrangular del cubo, una construcción de solidez y de medida.

El tetrágrama cabalistico Jodheva manifiesta a Dios en la humanidad y la humanidad en Dios.
Los cuatro puntos cardinales astronómicos son, relativamente a nosotros, el sí y el no de la luz el
Oriente y el Occidente, y el sí y el no del calor; el Mediodía y el Norte.

Lo que está en la Naturaleza visible revela, como ya hemos dicho, según el dogma único de la cábala, lo que está en el dominio de la Naturaleza invisible, o de causas secundarias, todas proporcionales y análogas a las manifestaciones de la causa primera. Así, pues, esta causa primera está siempre revelada por la cruz; la cruz, si, era unidad compuesta dedos, que se dividen en otras dos para formar cuatro; la cruz era clave de los misterios de la India y de Egipto, la Tau de los patriarcas, el signo divino de Osiris, el Stauros de los gnósticos, la llave de la bóveda del templo, el símbolo de la masonería oculta; la cruz, ese punto central de la conjunción de los ángulos rectos de dos triángulos infinitos; la cruz que en el idioma francés parece ser la raíz primitiva y el sustantivo fundamental del verbo creer y del verbo crecer, reuniendo de este modo las ideas de la ciencia, de religión y de progresos2.

El gran agente mágico se revela por cuatro especies de fenómenos y ha sido sometido a los tanteos de la ciencia profanas bajo cuatro nombres: Calórico, Luz, Electricidad y Magnetismo. Se le ha dado también los nombres tetragramaton, de inri, de ázoe, de ether, de od, de fluido magnético, de alma de la tierra, de serpiente, de Lucifer, etc.

El gran agente mágico es la cuarta emanación de la vida-principio de que el sol es la tercera forma y (ver los iniciados de la escuela de Alejandría y el dogma de Hermes Trismegisto).
De manera que el ojo del mundo (como le llamaban los antiguos) es el miraje del reflejo de Dios, así como el alma de la tierra es una mirada permanente del sol, que la tierra concibe y conserva por impregnación.

La luna concurrente a esa impregnación de la tierra rechazando hacia ella una imagen solar durante la noche, de modo que Hermes ha tenido razón en decir, hablando del Gran Agente: “El Sol es su padre, la luna es su madre”. Luego agrega: “El viento le ha llevado en su vientre, porque la atmósfera es el recipiente, y como el crisol de los rayos solares, por medio de los cuales se forma esa imagen viviente del sol, que penetra hasta las entrañas de la tierra, la vivifica, la fecunda y determina todo cuanto depende en su superficie, por sus efluvios y sus corrientes continuas, análogas alas del mismo sol”.

Este agente solar está vivificado por dos fuerzas contrarias: una de atracción y otra de proyección, lo que hace decir a Hermes que siempre sube y desciende.
La fuerza de atracción se fija siempre en el centro de los cuerpos, y la de proyección en los contornos, o en su superficie.

Es por esta doble fuerza, por lo que todo esta creado y todo subsiste. Su movimiento es un enrollamiento y un desenrollamiento sucesivos e indefinidos, o mas bien, simultáneos y perpetuos, por espirales de movimientos contrarios que no se encuentran nunca Este es el mismo movimiento que el del sol, que atrae y rechaza al mismo tiempo a todos los demás astros de su sistema.
Conocer el movimiento de ese sol terrestre, a fin y en forma de poder aprovechar sus corrientes y dirigirlas, es haber cumplido la gran obra y es ser el dueño del mundo.
Armado con semejante fuerza os podéis hacer adorar; la ignorante muchedumbre os creerá un Dios.

El secreto absoluto de esta dirección ha sido poseído por algunos hombres y puede, todavía, encontrarse. Es el gran arcano mágico, depende de un axioma incomunicable y de un instrumento, que es el gran atanor de los herméticos del más elevado grado.
El axioma incomunicable está encerrado cabalísticamente en las cuatro letras del tetragrámaton, dispuestas del modo que muestra la figura:



En las letras de las palabras AZOTH3 E INRI4 escritas cabalísticamente, y en el monograma de Cristo, tal y como estaba bordado sobre el labaro, y que el cabalista Postel interpreta por la palabra ROTA3, de la que los adeptos han formado el TARO O TAROT, repitiendo después la primera letra para indicar el circulo y dar a comprender que la palabra está invertida.

Toda la ciencia mágica estriba en el conocimiento de este secreto. El saber y osar, sin servidumbre, consiste la omnipotencia humana; pero el revelarla aun profano es perderla; revelarla, igualmente, aun discípulo es abdicar en favor de ese discípulo, quien, a partir de ese instante, tiene derecho de vida y de muerte sobre su mismo iniciador (hablo desde el punto de vista mágico) y le dará muerte seguramente ante el temor de morir a su vez a sus manos. (Esto no tiene nada de común con los actos calificados de asesinato en la legislación criminal; la filosofía práctica que sirve de base y punto de partida a nuestras leyes, no admite los hechos de hechizos y de influencias ocultas.)

Penetramos aquí en las más extrañas revelaciones, y esperamos ser objeto de todas las incredulidades y de no pocos encogimientos de hombros por parte del fanatismo incrédulo, porque la religión volteriana tiene también sus fanáticos y no agrada a las grandes sombras que deben vagar ahora de un modo implacable en las cuevas del Pantheón, en tanto que el catolicismo, fuerte en sus prácticas y engreído con su prestigio, canta el oficio de difuntos sobre sus cabezas.

La palabra perfecta, la que es adecuada al pensamiento que manifiesta contiene siempre, virtualmente o supuesto, un cuaternario, la idea y sus tres formas necesarias y correlativas, y también la imagen de la cosa manifestada con los tres términos de juicio que la califican. Cuando yo digo: El ser existe, afirmo implícitamente que no existe la nada.
Una altura, una extensión que divide la altura geométrica en dos y una profundidad separada de la altura por la intersección de la extensión, he aquí el cuaternario natural compuesto de dos líneas que se cruzan. Existen también en la naturaleza cuatro movimientos producidos por dos fuerzas que se sostienen una a otra por su tendencia en sentido contrario. Ahora bien, la ley que rige a los cuerpos es análoga y proporcionada a la que gobierna a los espíritus, y ésta es la manifestación también del secreto de Dios, es decir, del misterio de la creación.

Suponed un reloj con dos resortes paralelos con un engranaje que los haga mover y maniobrar en sentido contrario, de manera que al detenerse el uno aprieta el otro; un reloj así construido se dará cuerda por si mismo, y habréis hallado el movimiento continuo. Ese engranaje debe abarcar dos fines y ser de una gran precisión. ¿Es incontrastable? No lo creemos. Pero cuando algún hombre lo haya descubierto, ese hombre podrá comprender por analogía todos los secretos de la naturaleza: el progreso en razón directa con la resistencia..
El movimiento absoluto de la vida es también el resultado continuo de dos tendencias contrarias, que no se encuentran jamás en oposición. Cuando una de ambas parece ceder a la otra, es un resorte que toma fuerza, y podéis seguramente esperar y confiar en una reacción, de la que es muy posible prever el momento y hasta determinar el carácter; así es cómo en la época de mayor fervor del cristianismo, el reinado del ANTICRISTO, fue conocido y predicho.

Pero, el Anticristo, preparará y determinará el nuevo acontecimiento y el triunfo definitivo del Hombre-Dios. Esta es, una vez más, una conclusión rigurosa y cabalística contenida en las premisas evangélicas.
Así la profecía cristiana contiene una cuádruple revelación:

l. la caída del antiguo mundo y triunfo del Evangelio bajo el primer acontecimiento;
2. grande apostasía y venida del Anticristo;
3. la caída del Anticristo y retomo a las ideas cristianas;
4. triunfo definitivo del Evangelio o segundo acontecimiento, designado con el nombre de juicio final.

Esta cuádruple profecía contiene, como puede verse, dos afirmaciones y dos negaciones; la idea de dos ruinas o muertes universales y de dos renacimientos; porque a toda idea que aparece en el horizonte social, se le puede asignar, sin temores a incurrir en error, un Oriente y un Occidente, un cenit y un nadir. Así es cómo la cruz filosófica es la llave de la profecía y cómo se puede abrir todas las puertas de la ciencia con el pantáculo de Ezequiel, cuyo centro es una estrella formada por el cruzamiento de dos cruces.


¿No se forma la vida humana también de estas tres fases o transformaciones sucesivas: nacimiento, vida, muerte e inmortalidad? Y advertir aquí que la inmortalidad del alma, necesitada como complemento del cuaternario y cabalísticamente probada por la analogía, que es el dogma único de la religión verdaderamente universal, es la llave de la ciencia y la ley inviolable de la Naturaleza.

La muerte en efecto, no puede ser un fin absoluto, así como el nacimiento no es sino un comienzo real. El nacimiento prueba la pre-existencia del ser humano puesto que nada puede producirse de nada, y la muerte prueba la inmortalidad desde el momento en que e! ser no-puede cesar de ser, como la nada no puede cesar de no ser. Ser y nada son dos ideas absolutamente inconciliables, con esta diferencia: que la idea de la nada (idea completamente negativa) emana de la idea misma del ser, en la que la nada, ni siquiera puede ser comprendida como una negación absoluta, en tanto que la idea del ser no puede nunca aproximarse a la de la nada, desde muy lejos que se tome.

Decir que el mundo ha salido de la nada, es proferir un monstruoso absurdo. Todo lo que es procede de lo que eras; por consecuencia, nada de lo que es no podría nunca dejar de serlo. La sucesión de formas se produce por las alternativas del movimiento; estos son fenómenos de la vida que se reemplazan unos a otros sin destruirse. Todo cambia pero nada perece. El sol no muere cuando desaparece en el horizonte; las formas, aun las más movibles, son inmortales y subsisten siempre en la permanencia de su razón de ser, que es la combinación de la luz con las potencias agregativas de las moléculas de la sustancia primera. Así se conservan en el fluido astral y pueden ser evocadas y reproducidas a voluntad del sabio, como ya lo veremos cuando tratemos de la segunda vista y de la evocación de los recuerdos en la nigromancia y en otras operaciones mágicas.

Volveremos también sobre el gran agente mágico en el IV capítulo del Ritual, en donde acabaremos de indicar los caracteres del gran arcano y los medios de apoderarse de este formidable poder: Digamos aquí algunas palabras acerca de los cuatro elementos mágicos y de los espíritus elementales.

Los elementos mágicos son: 
en alquimia, la sal, el mercurio el azufre y el ázoe; en cábala,el macroprosopo, el microprosopo y las dos madres; en jeroglíficos, el hombre, el águila, el león y el toro; en física antigua según los términos y las ideas vulgares, el aire, el agua, la tierra y el fuego. 

En ciencia mágica sabido es que el agua no es el agua común; que el fuego no es sencillamente el fuego que arde, etc. Estas expresiones ocultan un sentido más elevado. La ciencia moderna ha descompuesto estos cuatro elementos de los antiguos y ha encontrado muchos cuerpos que tienen la pretensión de que sean simples. Lo que es simple es la sustancia material y este elemento se manifiesta siempre por el cuaternario en sus formas. Conservaremos, por tanto, la sabia distinción de las apariencias elementales admitidas por los antiguos y reconoceremos la tierra, el agua, el fuego y el aire, como los cuatro elementos positivos y visibles de la magia.

Lo sutil y lo espeso; el disolvente rápido y el disolvente lento, o los instrumentos en caliente y en frío, forman en física oculta los dos principios positivos y los dos principios negativos del cuaternario, y deben figurarse así:



Así la tierra y el aire representan el principio masculino; el fuego y el agua se refieren al principio femenino, puesto que la cruz filosófica de los pantáculos es, como ya lo hemos dicho, un jeroglífico primitivo y elemental del lingam de los gimnosofistas A estas cuatro formas de elementales corresponden las cuatro ideas filosóficas siguientes:
El espíritu.
La materia.
El movimiento.
El reposo.

Toda ciencia está, en efecto, en la inteligencia de estas cuatro cosas, que la alquimia reduce a tres:
Lo absoluto;
Lo fijo
Lo volátil.

Y que la cábala atribuye ala idea misma de Dios, que es razón absoluta, necesidad y libertad, triple noción manifestada en los libros de los hebreos.

Bajo los nombres de Kether, de Chocmah y de Binah, para el mundo divino, de Tiphereth, de Chesed y de Géburah en el mundo moral, y, en fin, de Jesod, Hod y Nestsath en el mundo físico que, con el mundo moral, está contenido en la idea de reinado o Malkout, explicaremos en el décimo capítulo de este libro esta teogonía, tan racional como sublime.

Ahora bien; estando llamados los espíritus creados a la emancipación por medio de la prueba, están colocados, desde su nacimiento, entre estas cuatro fuerzas positivas y dos negativas, con la facultad de admitir o de negar el bien y escoger la vida o la muerte. Encontrar el punto fijo, es decir, el centro moral de la cruz, es el primer problema que se somete a su resolución, su primera conquista debe ser la de su propia libertad.

Comienzan pues, por ser arrastrados los unos hacia el Norte, los otros al Sur, estos al mediodía, algunos a la derecha y aquellos a la izquierda, y mientras no son libres, no pueden hacer uso de la razón ni encarnar de otro modo que en formas animales. Estos espíritus no emancipados, esclavos de los cuatro elementos, son los que los cabalistas llaman demonios elementales y pueblan los elementos que corresponden a su estado de servidumbre. Existen, pues, realmente, silfos, ondinas, gnomos y salamandras, los unos errantes y tratando de encamar, y los otros ya encamados y viviendo en la tierra. Estos son los hombres viciosos e imperfectos.

Volveremos sobre este tema en el capítulo XV, que trata de los encantamientos y de los demonios.

Es también una tradición de física oculta, que hizo advertir a los antiguos la existencia de las cuatro edades del mundo; solamente que no se dice al vulgo que esas cuatro edades debían ser sucesivas, como las cuatro estaciones del año, y renovarse como éstas se renuevan. Pero todo esto se refiere al espíritu de profecía, y de ello hablaremos en el capítulo IX, que trata del iniciado y del vidente.

Agreguemos ahora la unidad al cuaternario y tendremos conjunta y separadamente las ideas de la síntesis y del análisis divino, el Dios de los iniciados y el Dios de los profanos. Aquí el dogma se populariza y se hace menos abstracto; el gran hierofante interviene.
_________________________________________________________________
1. Aquí Levi parece parafrasear a Isaias 45:7 “Que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad, yo IHVH (cuaternario) soy el que hago todo esto”

2. El autor se refiere a la lengua francesa, en la cual la palabra cruz (croix) se asemeja a la palabra crecer (ctoitre) y al verbo creer (croire) (N. del T).

3. Esta palabra Azoth (AZWz o zWZ`) esta formada por la esta formada por la primera y la ultima letra de los alfabetos griego y hebreo. A y Z, alfa y omega, y Aleph y Thau. Significa pues el principio y el fin de todas las cosas, el elemento primordial de todas las cosas, el elemento primordial del cual todas las cosas proceden y al cual todas las cosas vuelven. En alquimia es la luz-principio de todas las formas. Es el absoluto.

4. El vocablo INRI, que equivocadamente algunas personas indican como Jesús Nazareno Rey de los Judíos, ya existía mucho antes de la venida de Cristo. Esta palabra significa: Igne Natura Renovatur Integra, esto es: Por el fuego la naturaleza se renueva íntegramente. Es también análogo al santo tetragrama (N. del T.)

5. En la palabra TARO escrita en forma de cruz, se puede leer ROTA que significa la Rueda de Ezequiel, ley del movimiento astral, TORA (Torah), la ley, ATOR arc-turus, oc-tara, la ley, el destino, el norte, la gran Ursa, porque se dice que septentrine, pandetur omne malum – del norte provienen todas las fatalidades (N. del T.)

Eliphas Levi

martes, 27 de septiembre de 2016

El Mago



Con esta Clave, entra en operación el principio de que se aprecia a lo largo de la serie del Tarot. Cada Clave es en algún sentido el opuesto y complemento de la que le precede. Las 22 Claves representan también 11 pares de contrastes: O y 1, 2 y 3, 4 y 5, etc.

Los contrastes son, como regla, completamente obvios. Así un Mago, o sabio, está claramente en contraste con un loco. La letra Hebrea b Beth impresa en la Clave 1, sugiere la escena de la vida humana y los asuntos familiares que se suceden de puertas adentro, porqué significa "casa". En tanto que la letra a Aleph en la Clave O, significa “Toro” o "Buey” y tiene relación con lo que se efectúa en un campo, fuera de las limitaciones especiales del medio ambiente humano.

Por otra parte, el número 1 es el número de Principio, pero O es el signo de la Unidad Absoluta qué está antes de todo principio. En la Biblia la primera letra del Génesis es b y en el Zohar, una de las principales colecciones de profundas interpretaciones Qabalísticas de las Escrituras, se hace énfasis en la distinción entre Aleph como la primera letra del alfabeto y Beth, con la cual, dice el Zohar, se inició la creación.

La comparación de las dos figuras presenta otros numerosos con trastes. El Loco se encuentra sobre un risco estéril, el Mago en un jardín. El Loco está evidentemente preocupado con su visión de una altura distante, lejos de él, a través del abismó. El Mago está interesado con lo que sucede en su inmediata vecindad y mira hacia abajo, hacia lo que está bajo él. Las posesiones del Loco no están en uso y las lleva en una bolsa de cuero que cuelga sobre sus hombros. Los cuatro implementos de El Mago están dispuestos ante él, sobre su mesa; así, se encuentran listos y a la mano para ser usados cuando se presente la ocasión.
Quizá el mas Importante detalle de la Clave 1, es la posición de las manos de El Mago. Con su mano derecha levanta una vara hacia el firmamento. Su izquierda hace el Signo universal de atención, indicando con el dedo índice hacía la tierra fértil a sus pies. El Mago es por esto un símbolo de lo que la psicología llama Auto-consciencia o mente objetiva. Esta es la consciencia vigílica ordinaria de los seres humanos. Es la mente qué planea, la mente que se enfrenta con nuestros problemas diarios y su función básica es la atención. Observación alerta es la idea de esta figura. Esta es una representación de la que los sabios ven con el ojo de su mente cuando consideran la función mental de la concentración.
Esta Clave dice a su consciencia interna:

ESTÉ ALERTA. RECUERDE QUE TODO EL PODER QUE PUEDA DIRIGIR PROCEDE DESDE UN NIVEL MAS ELEVADO. TENA COMO INTERÉS PRIMARIO RELACIONARSE CON ESA FUENTE DE PODER. SU LUGAR EN EL ESQUEMA DE LAS COSAS ES ACTUAR COMO UN TRANSFORMADOR DE ENERGÍA. LA FUERZA FLUYE A TRAVES DE USTED, HACIA AQUELLO A LO CUAL DIRIGE TODA SU CAPACIDAD DE ATENCION. NADA PUEDE RESISTIRLA FUERZA MENTAL DE QUIEN HA DOMINADO EL ARTE DE LA CONCENTRACION.

SOLAMENTE MIRE Y PERSEVERE EN ELLO. ENTONCES PODRÁ VER A TRAVÉS Y DENTRO D ELAS COSAS QUE CONSTITUYEN SU MEDIO AMBIENTE, EN LUGAR DE MIRARLAS SOLAMENTE.”

Como dice en RESPLANDORES, el jardín representa el campo subconsciente dé donde proceden los poderes ocultos que el hombre puede dirigir en su búsqueda por mayor libertad. Estos poderes están simbolizados por los lirios y rosas. Los Lirios representan los varios aspectos de la verdad; y a esto también hace referencia su color blanco. Las rosas son símbolo de los deseos humanos.

Hay cuatro lirios, porque todo posible conocimiento humano es clasificable en cuatro categorías principales. Explicar esto aquí sería ir más allá del radio de este curso de introducción, pero lo mencionamos para mostrar que todo detalle del simbolismo del Tarot tiene un significado definido.
Hay cinco rosas, porque todo objeto del deseo humano tiene relación con uno o más de los cinco sentidos principales. La psicología moderna añade otros sentidos a la clasificación quíntuple que era la corriente cuando el Tarot fue inventado; sin embargo, para todo propósito práctico, es exacto decir que la realización de cualquier deseo humano incluye la expresión de condiciones que pueden ser experimentadas por nuestros sentidos.

El Mago cultiva flores, las mejora y, por la fuerza del control sobre su desarrollo, las lleva mas allá de las condiciones provistas espontáneamente por la naturaleza. Él es un transformador y transmutador de la experiencia. Tomando las cosas como las encuentra, observa hasta percibir los principios subyacentes que operan en lo observado. Entonces aplica, esos principios en nuevas formas para producir una situación diferente.

Este es todo el método de la ciencia; y los cuatro implementos sobre la mesa de El Mago se refieren a los medios empleados para hacer frente a, o para tratar con, las condiciones reales del medio ambiente humano.
El primer medio está simbolizado por la vara. Esta es simplemente un indicador y es realmente una extensión del dedo índice. El primer requisito para la solución de cualquier problema es darle nuestra total atención. Todo problema contiene su propia solución y esa solución se percibe por la atenta observación. Este es el principio de toda ciencia: simplemente observar.

La copa representa la segunda herramienta mental. Esta es la imaginación. La observación colecciona experiencia. La imaginación le da forma, como la copa a lo que se vierte en ella. Lo que llamamos "Ley de la Naturaleza” son simplemente experiencias compiladas por el hombre y tornadas en modelos por actos de imaginación.

El tercer medio es la acción tipificada por la espada. Podemos saber mucho y podemos tener percepciones sutiles de las relaciones, pero hasta tanto no hagamos algo, nada cambia. Nuestra acción destruye invariablemente algo para reemplazarlo con otra cosa. No importa lo constructivos que podamos Ser, esto es verdad de toda acción efectiva.

Las personas que hablan de no tener más que pensamientos constructivos, están haciendo ruido sin sentido.
No puede construir una casa a menos que corte árboles, o explote canteras de piedra; o tome arcilla y moldee en ladrillos. No puede pintar un cuadro a menos que saque los colores del tubo.
La estatua nunca aparece sino hasta cuando el escultor corta la piedra que oculta la figura que ha imaginado. La destrucción controlada y sabiamente dirigida es la principal herramienta de la civilización.
Finalmente, está el producto terminado, y éste es representado por una moneda, porque toda cosa hecha por el ingenio del hombre tiene valor.

No debemos permitirnos conceder indulgencia al necio desdén por el dinero, que encuentra apoyo espúreo en una mala traducción de un pasaje del Nuevo Testamento. La pobreza no es índice de espiritualidad. El dinero es un invento maravilloso y, cuando es usado correctamente, una bendición.
A pesar de lo que dice la versión del Rey Jaime, en ninguna parte de la Biblia condena el dinero. Lo que se condena es la codicia por el dinero, Codicia y amor son polos separados. Amar a alguien, o algo, es tener respeto por esa persona o cosa; y el amor asegura la consideración apropiada para usar correctamente. Aquel que codicia personas o cosas es un extraño al amor, buscando solamente la gratificación personal egoísta y sin tener un entendimiento apropiado del objeto de su ruin deseo.

Así que la moneda es uno de los más importantes símbolos en esta pintura, porque no pocas de las desgracias de nuestros días son derivadas de dos grandes errores: codicia de dinero y menosprecio por él. Aquellos que tienen un respeto apropiado por este invento, con el cual todos los valores pueden medirse, así como los valores de la ciencia pueden medirse por medio de las matemáticas, entienden que el dinero es uno de los más grandes inventos humanos para promover el bienestar general.

Vendrá el tiempo cuando esta medida de valor sea usada correctamente, porque aquellos que aman la justicia y la humanidad revivirán la antigua ciencia de la moneda.
La Clave 1, es entonces, es la pintura que debe usar, para desarrollar su poder de concentración, para hacerse mas alerta y, evocar los poderes de su consciencia interna que le capacitará para tratar mas satisfactoriamente con los problemas prácticos.

La Clave 0, le coloca en contacto mental con la Fuente Ilimitada de todo poder. La Clave 1, pone en acción las actividades mentales, por las cuales puede aplicar este poder con el fin de cambiar, en mejores, las condiciones de su vida.

BOTA

sábado, 24 de septiembre de 2016

La Doctrina Secreta del Tarot



El Tarot es una baraja de cartas de origen desconocido que ha estado en circulación por todo Europa al menos durante cinco siglos, o quizás más tiempo. En las tabernas o posadas de los pueblos de cualquier parte del Continente siguen siendo mezcladas y repartidas en pintorescos juegos antiguos desde hace mucho tiempo olvidados por el resto del mundo. Los adivinos lo tienen en alta estima, desde los gitanos que leen las cartas por un chelín a profesores de las artes ocultas cuyos honorarios están de acuerdo con sus esmerados establecimientos y costosa publicidad. Juego y cartomancia, sin embargo, son solamente cáscaras que esconden la esencia del verdadero significado del Tarot.

Lo que lo hace tan interesante y valioso a los ocultistas es el hecho de que es un libro escrito en el lenguaje del simbolismo numérico y pictórico. Enseña los principios de la sabiduría oculta, más antigua que la historia, que los sabios de cada generación han entregado a aquellos que venían detrás de ellos y que estaban debida y realmente preparados para recibirlos. Esta doctrina fue enseñada en escuelas de los templos de India, Persia y Egipto; ha sido escenificada en los misterios de Grecia, en la misa católica romana, y en los rituales de la Masonería; es cubierta con un velo por innumerables alegorías sagradas y parábolas, ocultada en los credos, y oscurecida por los dogmas de teólogos, pero siempre será el espíritu viviente de la verdad detrás de la letra de la religión y la filosofía exotérica, independientemente de los cambios que se produzcan en su forma de presentación.

La versión particular dada en el Tarot es de origen judío, aunque algunos de los diseños reflejan la influencia de ideas cristianas. El conjunto está construido de acuerdo con un diseño derivado de la Kabbalah, y cada carta representa una proposición determinada de este antiguo sistema teosófico hebreo, cuya tradición se remonta hasta Abraham. La baraja está dividida en dos grupos principales de cartas.
La parte más grande comprende cincuenta y seis Claves, dispuestas en cuatro palos. En cada palo hay diez cartas, numeradas desde el as al diez, y cuatro cartas de corte que son: un Rey, una Reina, un Caballero y un Paje. Estos son los triunfos menores, o arcanos menores. Las otras claves, denominadas arcanos mayores, o triunfos mayores, constituyen una secuencia de veintidós pinturas emblemáticas, teniendo cada una su propio título especial, y están numeradas de cero a veintiuno. Como su nombre sugiere, los triunfos menores representan las doctrinas elementales expuestas más o menos abiertamente en varios libros Kabalísticos. Esas enseñanzas tienen una relación con los misterios mayores del ocultismo hebreo semejante a la que guardan los principios comparativamente sencillos de la aritmética con los cálculos abstrusos de las matemáticas superiores.

Los nombres de los cuatro palos son: varas, bastones o cetros (tréboles); copas o cálices (corazones); espadas (picas); monedas o pentáculos (diamantes). Cada palo representa uno de los cuatro mundos ideales, o planos de manifestación en los que el universo es dividido según la Kabbalah. Cada uno corresponde también a uno de los cuatro elementos de la física antigua, está relacionado con una de las cuatro criaturas vivientes mencionadas en Ezequiel y en el Apocalipsis, y simboliza el significado oculto de una letra del sagrado nombre Yahveh (Jehovah), comúnmente conocido como Tetragrámaton, porque en hebreo se escribe con cuatro letras :Yod, Heh, Vau, Heh.

Según el Zohar, la primera letra de este nombre significa la realeza divina. Eliphas Levi3 dice que representa la vara de Moisés, y Papus nos dice que es el símbolo del principio activo de todas las cosas. Esta esencia divina es aire, el aliento de vida, conocido como Prana en sánscrito, Pneuma en griego, Ruach en hebreo y Spiritus en latín. La más elevada manifestación terrestre de este principio es el hombre, el gobernante de la tierra, y el querubín con cara de hombre es su emblema entre las criaturas vivientes. Atzilut, el mundo arquetípico, es la esfera de este Espíritu Puro. Es el mundo de las causas originales, en el cual se originan los impulsos que determinan lo que sucede en los otros planos. Por consiguiente, la idea4 esencial implicada por la letra Yod, por el aire, por el hombre y por Atzilut es dominio. Y la autoridad y la soberanía están sugeridas por el bastón, ya sea la vara del mago o el cetro de la realeza.

Desde el punto de vista Kabalístico, la creación es una limitación de las posibilidades infinitas del mundo arquetípico hacia algo definido, específico. Por eso se nos ha dicho que la creación tuvo lugar con la letra Heh, que tiene exactamente la mitad del valor numérico de la Yod arquetípica. Esa letra es llamada a veces letra Madre, y se dice que es símbolo de la sustancia universal. (Los estudiantes de la filosofía hindú observarán la semejanza de estos significados entre Yod y Heh con la doctrina de Purusha y Prakriti). La sustancia universal es llamada agua. Es una condensación de la esencia divina, o aire. Uno de sus emblemas es el águila porque las nubes parecen grandes aves. La sustancia universal es considerada como el receptáculo de la esencia divina; y la esfera de la sustancia- Briah, el mundo creativo- se supone también para recibir y circunscribir los impulsos que se originan en el mundo arquetípico.  Este concepto de receptividad es la idea esencial detrás del simbolismo de la copa. Vau, la tercera letra del nombre, significa "Gancho" o "Clavo", y denota vínculo, o afinidad entre las primeras dos letras.

El vínculo de la unión entre la esencia y la sustancia es por supuesto, el movimiento, o la fuerza activa.
La esfera de esta actividad es el mundo formativo, Yetzirah. El elemento correspondiente es el fuego, la energía radiante universal que es la raíz de todas las fuerzas. Este fuego es el que tenemos que dominar en ocultismo práctico. De ahí que sea representado por el león. En el Tarot está simbolizado por la espada. La Heh final del sagrado nombre es considerada como la síntesis de las otras tres letras, con las que se encuentra en una relación similar a la que existe entre un grano de trigo y la espiga de la que forma parte.
En otras palabras, todas las potencialidades de las otras tres letras están concentradas en la Heh final. Y dado que todas estas potencialidades están involucradas en la esencia divina representada por Yod, se dice que la Heh final es una Yod en germen. Corresponde al más exterior de los cuatro mundos, Assiah, el plano de los fenómenos físicos. Toda condición física es una síntesis de esencia divina, sustancia universal y fuerza activa. Cada fenómeno es una semilla de la que puede desarrollarse una cosecha entera de nuevos fenómenos. Las posibilidades del mundo arquetípico se hacen conocidas por las realidades del plano físico, y la más simple de las cosas tiene capacidad casi ilimitada para desarrollarse. Por lo tanto, el hecho más importante acerca del mundo material es su fecundidad y su poder reproductor inagotables. Por esto el elemento tierra, que representa la sustancia manifestada, la encarnación de la esencia divina, es un tipo. El toro es también un emblema del poder reproductor. El lector verá por sí mismo, después de un momento de reflexión, que el “palo de oros” simboliza correctamente todas estas ideas.

También debemos observar la relación entre las criaturas vivientes y los cuatro signos cardinales del zodíaco. El hombre es Acuario, o portador de agua, un signo de aire. El águila representa Escorpio, un signo ácueo. El león es Leo, el domicilio del sol, o morada de la fuerza radiante. El toro es Tauro, un signo de tierra. Mi amigo, Frank C. Higgins5, F. R. N. S., cuyas investigaciones en simbología comparada han traído a la luz abundante información interesante y valiosa, ha encontrado una relación curiosa entre los signos cardinales6 y el Tetragrámaton. Acuario es el undécimo signo, Escorpio es el octavo, Leo es el quinto, y Tauro es el segundo. Por lo tanto, la suma de los números de los signos es 26, y ésta es también la suma de los valores de las letras Yod, Heh, Vau, Heh.

Consideremos ahora el significado de las cartas de corte. Los Kabalistas dicen que la constitución humana está compuesta de cuatro principios: espíritu, alma, cuerpo astral, y cuerpo físico. Esta clasificación hebrea es simplemente más general que la asumida por los maestros hindúes. El espíritu combina a Atma y Buddhi; el alma incluye a Manas y Kama; el cuerpo astral es tanto Prana como Linga Sharira; el cuerpo físico es Rupa. Cada principio tiene su morada por así decir en uno de los cuatro mundos, aunque su influencia se extiende a todos los demás planos. En los triunfos menores, por lo tanto, cada uno es representado por las cartas de corte de la misma denominación, uno para cada palo. Los Reyes son emblemas del espíritu, el principio soberano, y están relacionados con el palo de varas o bastos. Las Reinas designan el alma, la cual, como receptáculo de la esencia vital del espíritu, está simbolizada por las copas. Los Caballeros, tipificando el cuerpo astral, son hombres de armas y por tanto corresponden a las espadas. Los Pajes, denotando el cuerpo físico, están relacionados con los pentáculos, o monedas. Los palos resumen la doctrina Kabalística de la emanación. De acuerdo con esta enseñanza, el Absoluto ilimitado es el origen de todo. A partir de él surgen diez emanaciones llamadas Sephiroth. Cada Sephirah corresponde a uno de los números de la primitiva década. En el diagrama que se acompaña, conocido como el "Árbol de las Sephiroth", las diez etapas de la emanación están representadas por los círculos. Sus nombres hebreos son: 1. Kether; 2. Chokmah; 3. Binah; 4. Chesed; 5. Geburah; 6. Tiphereth; 7. Netzah; 8. Hod; 9. Iesod; 10. Malkuth. En español pueden ser denominados como: 1. Corona, o Voluntad Primordial; 2. Sabiduría; 3. Entendimiento, o Inteligencia; 4. Misericordia, o Beneficencia; 5. Fuerza, o Justicia; 6. Belleza; 7. Victoria; 8. Esplendor, o Eternidad; 9. Base, Fundamento, o Fecundidad; 10. Reino, o Realización. 

Las Sephiroth son diferentes aspectos o atributos en la manifestación de un y mismo Ser, el Espíritu Supremo, designado por el nombre Ain Suph, que significa “Sin límite o Ilimitado”. Este es el Uno trascendente, libre de toda calificación, llamado Aum en sánscrito. De este Uno se ha escrito: “El Absoluto se describe como „no esto‟, „no aquello, y así sucesivamente, solamente con descripciones negativas. Es idéntico con lo que se llama “Divinas Tinieblas” en la Teología Mística de Dionisio.

Aunque éste Uno no puede ser definido, tenemos motivos para pensar de él como semejante a sus más elevadas manifestaciones. La expresión más alta que conocemos del Ser es la vida, y la esencia de la vida es la inteligencia. Así que decimos que el Absoluto es Conciencia Pura, y afirmamos que Dios es el Conocedor que se conoce a Si Mismo. El hecho de que los nombres de todas las Sephiroth sugieren el trabajo de la mente, indica que la Kabbalah enseña esta doctrina. Se dice además que cada Sephirah es el asiento de una modalidad especial de inteligencia, a saber: 
1. Primera Voluntad    Inteligencia Oculta 
2. Sabiduría           Inteligencia Iluminadora 
3. Entendimiento       Inteligencia Santificante 
4. Misericordia        Inteligencia de Medición 
5. Fuerza              Inteligencia Radical 
6. Belleza             Inteligencia de la Influencia Mediadora 
7. Victoria            Inteligencia Oculta 
8. Esplendor           Inteligencia Perfecta 
9. Fundamento          Inteligencia Purificada 
10. Reino              Inteligencia Resplandeciente

Cuatro Sephiroth son andróginas, y éstas constituyen el pilar medio del árbol Sefirótico. Tres son masculinas, constituyendo el pilar de la mano derecha, o pilar de la misericordia. Las otras tres son femeninas, constituyendo el pilar de la mano izquierda, o pilar de la fuerza o severidad. 

El Zohar dice: “Sabiduría, la segunda Sephirah, y el comienzo del desarrollo, cuando procede del Santo Anciano (Kether) emanado en masculino y femenino, por Sabiduría se expande, y Entendimiento, la tercera Sephirah, proviene de ella, y así se obtiene lo masculino y femenino, verbigracia, Sabiduría el padre y Entendimiento la madre, de cuya unión los otros pares de Sephiroth emanan sucesivamente”. (Zohar III, p. 290). De Sabiduría procede la Misericordia masculina, y el Entendimiento femenino produce la Fuerza. La potencia andrógina, Belleza, emana de la unión de Misericordia y Fuerza. Belleza produce Victoria y Eternidad, masculino y femenino, y de éstos procede la tercera potencia andrógina, Fundamento. 

La última Sephirah, el Reino, emana de Fundamento, y se dice que para circundar, es decir, para incluir a las otras nueve. También es andrógina. Cada sephirah está representada en el Tarot por cuatro cartas de la misma denominación pero de diferente corte, porque la Kabbalah dice que todas las Sephiroth se manifiestan en cada uno de los cuatro mundos. Esto nos da una regla constante para determinar el significado exacto de cualquier carta de corte. El palo define el plano de manifestación, y el valor de la carta muestra lo que la Sephirah está simbolizando. Así pues en los triunfos menores tenemos un sistema mnemotécnico ingenioso que permite que recordemos los principios básicos de la Kabbalah con un mínimo de esfuerzo mental. Pero si esto es todo lo que el Tarot tenía para ofrecernos apenas merecería el alto elogio que ha recibido de muchos ocultistas eminentes. Hasta que no hayamos estudiado los triunfos mayores no nos daremos cuenta completamente de que esta baraja de cartas es probablemente una de las producciones más raras de la mente humana. El mensaje de los arcanos mayores justifica la afirmación de Eliphas Levi: “Un preso carente de libros, que tuviera solamente un Tarot, del que sabría cómo hacer uso, podría, en unos pocos años adquirir una ciencia universal, y conversar con una doctrina sin igual y una elocuencia inagotable”. Cada triunfo mayor ilustra el significado oculto de una letra hebrea. Hasta donde he sido capaz de aprender, la verdadera atribución de estas pinturas al alfabeto hebreo fue puesta por escrito por primera vez en los rituales de la Orden Hermética de la Golden Dawn. Hasta que esa sociedad fue creada, el secreto parece haber sido reservado para los miembros de la escuela interna de ocultistas europeos. Eliphas Levi publicó una versión incorrecta de las correspondencias, pero no sé si él lo hizo porque no conocía el arreglo correcto, o si lo que tenía que decir en relación a esto era meramente uno de los muchos misterios a los que era tan aficionado, es una cuestión que no intentaré resolver.

Su error consistía en poner la carta Cero entre las numeradas veinte y veintiuna, con el resultado de que en sus atribuciones todos los triunfos estaban bien, pero los últimos eran atribuidos a letras equivocadas. Todavía es tan grande su prestigio entre los ocultistas que muchos que nunca debieran haber sido engañados por su arreglo lo han aceptado sin dudar y han malgastado su tiempo tratando de interpretar el Tarot desde este punto de vista equivocado. Los estudiantes más críticos han visto que puede haber un sitio lógico para el Cero en la serie de números consecutivos. El Cero debe venir primero, porque pensamos en la nada como siendo antes de ser algo, de lo no manifestado como precediendo a lo manifestado, de lo potencial (que es no-cosa) como anteponiéndose a lo real. El Cero también se usa para indicar el origen o punto de partida, como en la graduación de un manómetro o de un termómetro. En el Tarot tiene este significado. La carta así numerada es la declaración simbólica inicial a partir de la cual se desarrollan las demás etapas de esta escala jeroglífica. Este triunfo, el Loco, corresponde a Aleph, la primera letra del alfabeto hebreo. El resto de los arcanos mayores, en el orden regular de sus números, están atribuidos a las restantes letras. En esta disposición el octavo triunfo corresponde a Teth, y el undécimo simboliza el significado esotérico de Lamed. En la mayoría de las barajas del Tarot, la clave VIII es la Justicia y la XI es la Fuerza. Sin embargo, el Sepher Yetzirah atribuye a Leo, el quinto signo del zodíaco, a Teth, y dice que Lamed representa a Libra. Basándose en ello, la Orden Hermética de la Golden Dawn transpuso las posiciones de estos triunfos, pues la figura principal en la Fuerza es un león, símbolo de Leo, y la mujer que sostiene la espada y las balanzas ha sido un emblema tanto de Libra como de la justicia durante siglos. Aleister Crowley, una vez que se hizo miembro de la Golden Dawn, siguió el mismo plan en sus explicaciones sobre el Tarot. Arthur E. Waite fue un paso más allá (en la dirección correcta, pienso) y no solamente cambió las posiciones de estas cartas, sino que invirtió sus números, haciendo que la Fuerza sea la VIII y la Justicia la XI. Seguiré su modelo en el trabajo presente. La atribución completa de los triunfos mayores al alfabeto hebreo es como sigue: 

0 El Loco       Álef       XI        La Justicia Lamed 
I El Mago       Beth     XII         El Hombre Colgado Mem 
II La Sacerdotisa Gimel  XIII        La Muerte Nun 
III La Emperatriz Daleth XIV         Templanza Samekh 
IV El Emperador   Heh    XV          El Diablo Ayin 
V El Hierofante   Vau    XVI         La Torre Peh 
VI Los Amantes    Zain   XVII        La Estrella Tzaddi 
VII La Carroza    Cheth  XVII        La Luna Qoph 
VIII Fuerza       Teth   XIX         El Sol Resh 
IX El Ermitaño    Yod    XX          El Juicio Shin 
X La Rueda de la Fortuna Kaph XXI    El Mundo Tau

Estableciendo una relación entre las letras y las cartas nos hemos provisto con muchas pistas sobre el significado de las pinturas. Cada letra hebrea tiene un nombre que indica un objeto material, y todos los objetos representados por las letras tienen una significación simbólica concreta. Además, el Sepher Yetzirah clasifica las letras de la siguiente manera: tres letras madres:- Aleph, Mem, y Shin – que representan a los elementos Aire, Agua y Fuego; siete letras dobles:- Beth, Gimel, Daleth, Kaph, Peh, Resh, Tau las cuales están asignadas a los siete cuerpos celestes de la astronomía antigua (corresponden a los siete chacras o centros de Prana en el cuerpo humano); y doce letras simples: Heh, Vav, Zain, Cheth, Teth, Yod, Lamed, Nun, Samekh, Ayin, Tzaddi, y Qoph – indicando los signos del zodíaco (que también tienen sus correspondencias en el organismo humano). Cada letra doble significa también un par de opuestos. Beth, por ejemplo, es signo de Vida y Muerte, y Daleth está relacionada con el Conocimiento y la Ignorancia. Cada letra simple también significa una facultad o actividad del hombre. Así, Heh representa la vista, y Lamed está relacionada con el trabajo. Existen algunas otras atribuciones, las cuales consideraremos en nuestro estudio detallado de las letras. Cada letra indica también uno de los veintidós senderos de emanación que unen las Sephiroth. 

En su traducción del Sepher Yetzirah, Isadore Kalisch explica que estos senderos son poderes, efectos, clases, formas, grados, o fases de emanación. Cada uno tiene un nombre que incluye la palabra "Inteligencia", modificada por un adjetivo o una frase que muestra el tipo especial de inteligencia atribuida a cada etapa. En el diagrama del Arbol Sefirótico los senderos han sido dados con sus letras correctas, y cada uno tiene también el número y el título del triunfo del Tarot correspondiente. Estará claro ahora que nuestra interpretación no va a estar basada en la simple conjetura o en el ensueño fantástico. A partir de nuestro estudio de las letras y sus implicaciones seremos capaces de formar una idea bastante precisa de lo que deben significar las pinturas antes de que tratemos de analizarlas. Los títulos y los números también nos darán considerable información adicional. Por otra parte, cuando centremos nuestra atención en las pinturas no seremos confundidos por su significado aparente. Con el auxilio de autoridades de nivel, determinaremos el significado de cada elemento en los diseños, y así, por lo menos, llegaremos a conocer exactamente lo que está representado por cada uno de los arcanos mayores. Incluso entonces sólo habremos aprendido el ABC del Tarot. 

Porque las claves pueden ser combinadas en tantas maneras diferentes, y el simbolismo quiere decir tanto, que podemos estudiar las cartas todos los días de una vida y siempre encontraremos algo nuevo en ellas. Debe entenderse entonces que no me comprometo a decirles todo sobre el Tarot, sino que sólo estoy tratando de representar tan claro como sea posible los principios de su construcción y el significado fundamental de sus emblemas, de modo que usted pueda usarlo para profundizar su entendimiento y añadirlo a su conocimiento. Ninguna interpretación puede sustituir al Tarot mismo. Debe proveerse con una baraja de cartas si realmente quiere aprender el secreto velado por ellas. La mejor baraja disponible ahora, y sobre la que he basado los análisis simbólicos dados en los capítulos siguientes, es la pintada por Pamela Coleman Smith bajo la supervisión de Arthur Edward Waite. Puede conseguirse a través de los editores de THE WORD. Continua...

por Paul F. Case

_________________________________________________________________

1 En esta serie que originalmente volvimos publicar en el Diario "La Luz Oculta" en el año 2000, hemos intentado conservar los conceptos originales y el sabor de los artículos. Con ese fin no hemos modernizado ortografías, ni eliminado secciones o editado el material de alguna manera. Por ejemplo, lo que Paul Case escribió después como Qabalah se escribe aquí como Kabbalah; Yesod es escrito como Iesod, etc. 2 Estos artículos fueron obtenidos del material coleccionado y mantenido después en libretas por Paul Case durante un período de más de doce años. Son importantes por varias razones: *La escritura es clara, concisa y completa, sin los velos y las declaraciones intencionadamente engañosas que estaban de moda entre los ocultistas de ese tiempo. * Estos escritos preceden varios años a la admisión de Paul Case en la Orden Alfa y Omega (G.D.) por lo que están libres de cualquier clase de influencias de esa organización. * Los estudiantes de las obras de Paul Case verán aquí la génesis de su serie exhaustiva de lecciones sobre el Tarot. * Ya que estos escritos son producto de las investigaciones y meditaciones propias de Paul Case, más que originarias de las enseñanzas de una escuela específica, está claro que era un alma vieja y experimentada.

3 Gran parte de este material de fondo preliminar sobre el Tarot proviene de la escuela oculta francesa, de la cual Eliphas Levi y Papus eran representantes ilustres. 4 Los atributos tradicionales de los cuatro mundos Cabalísticos, los que Paul Case adoptó más tarde, son: Yod Atziluth Fuego Varas o Bastos Heh Briah Agua Copas Vav Yetzirah Aire Espadas Heh Assiah Tierra Pentáculos u Oros Su inversión completa de los atributos del aire y del fuego, que aquí aparece, podría ser debida a su estudio de las atribuciones ocultas francesas (vea la Historia de la Magia, de Eliphas Levi, lámina VII en la Tableta de Bembine). O, más probablemente, fue el resultado de su propio estudio de textos Cabalísticos clásicos. Aquí se alude a un importante concepto cabalístico.

5Frank C. Higgins era tanto un masón erudito como una influencia formativa importante en Paul F. Case. Jason Lotterhand, que conocía y estudió bajo Paul F.Case muchos años, recordaba a éste como "un hombre simpático, afectuoso, y modesto". Algunas de estas cualidades pueden ser vistas aquí, donde Paul da pleno crédito al Sr. Higgins por el descubrimiento de la relación entre los signos fijos del zodíaco y el Tetragrámaton. Otros principios tales como el Cuadro del Tarot, aspectos del cubo del espacio, etc., también fueron hechos con la ayuda de otros, a quienes Paul dio el reconocimiento completo. Los seguidores y estudiantes posteriores de Paul se auto impusieron la tarea de eliminar tales reseñas de sus obras. Un rasgo que continúa hasta el día de hoy, desafortunadamente. 6 Esto, desde luego, debería leerse como "signos fijos". Esta errata está en el documento original.

Grafica Nº 8


Grafica Nº 7 LAMED + ALEF - DALET Y EL EMERADOR





viernes, 23 de septiembre de 2016

Anatomía de la Alef



HERMANO Y AMIGO: Trate de considerar cada letra como un concepto universal y absoluto regido solamente por el número que representa la letra. Así, vea en Aleph todo lo que es uno: el ser concebido en su universalidad, el espíritu de Dios, el espíritu del hombre, el principio del pensamiento, el de las armonías, etc. Las letras son jeroglíficos geométricos. Las letras del alfabeto hebreo provienen de un pentaculo denominado el plano del paraíso terrestres, y que representa cuatros círculos inscritos en otros tantos cuadrados concéntricamente, y los unos dentro de los otros.

       

Vea que el Aleph representa tanto el diámetro como la circunferencia, con el movimiento circular en ambos sentidos, ascendente y descendente, para indicar la unidad del ser, del movimiento y del equilibrio. ¿No es maravillosa la precisión de esta figura? Le daré del mismo modo, sucesivamente, las restantes. 

     


Por lo tanto diez, es decir todos los números. Escriba ahora el nombre de la letra con las llaves del Tarot. Tenemos a Dios ….

             
y a la Naturaleza 




Tenemos al ser 1El movimiento perfecto 12 y la vida completa 17.
El juglar o panurgos, el hombre del conocimiento universal El ahorcado o el sacrificio y la estrella brillante o la inteligencia de la naturaleza,y usted comprenderá el simbolismo de esta cabeza con tres caras que se puede ver entre las
figuras del Enchiridion de León III con la triple leyenda:

      

Busque ahora en el Salterio los salmos alfabéticos; hay cuatro, y medite los cuatro versos
que comienzan por Aleph.

Ya sabe que las tres madres son: Aleph, Mem, Sehin o Aleph, Mem, Thau, ya que Schin o Thau son letras contrarias y análogas que representan el ser y la vida, como veremos más tarde. De este modo se llega a la palabra Ameth que se encuentra en el encabezamiento de esta carta y que significa: paz, justicia, verdad.


Ya ve, amigo mío, qué cantidad de cosas se pueden llegar a explicar en cuatro páginas pequeñas con una escritura un poco apretada; medite sobre todo esto y hasta pronto.
Su hermano.

Eliphas Levi (correspondencia que se efectuo entre el Baron Spieldari y Eliphas Levi entre el 24 de Octubre de 1861 y el ocho de abril de
1863.)