El ocultismo conquistó desde hace algunos años, un sitio importante en el espíritu de
muchos investigadores contemporáneos. Cuando se estuvo seguro que la inmensa
mayoría de los fenómenos producidos por la fuerza psíquica eran reales, nos
acordamos que existía una teoría particular de estos fenómenos: la Magia.
Los magos de Persia pretendían explicarse y producir a voluntad de los hechos del
mismo género; pues era interesante conocer sus ideas a este respecto.
Estas ideas no son tan perdidas como podríamos creerlo a primera vista. Un estudio,
hasta superficial, autores que se ocuparon de Magia y de Alquimia a través de los
tiempos y algunas aproximaciones entre las ideas expuestas por estos autores y las
emitidas en Zend Avesta de una parte y la Cábala por otra parte, permite reconocer
bajo las transformaciones de los términos a través de los siglos, perfeccionada una
concordancia en las ideas. De todo esto se libra una doctrina particular que, cosa
curiosa, puede muy bien aliarse nuestras teorías científicas contemporáneas y, mucho
más, puede ayudar a la ciencia que desmonta un poco el caos de los hechos, todavía
inexplicados, de la Naturaleza.
El Ocultismo es una doctrina que vale lo que valen todas las doctrinas.
No tiene la
pretensión de poseer sólo la Verdad sobre los puntos que aborda, lejos de allí.
Pero las
teorías que expone tienden a reemplazar por todas partes el misticismo por un cierto
racionalismo. Particularmente, en el estudio de los hechos espiritistas, el ocultismo, sin
negar la intervención en ciertos casos entidades personales de seres difuntos, restringe
considerablemente el papel que se puede atribuir a estas entidades y se pretende
devolver a la inmensa mayoría de estos hechos fenómenos de hipnotismo
transcendental producidos principalmente por las fuerzas emanadas del médium y los
asistentes.
Es alla dónde hay que investigar el origen del favor cuyo ocultismo fue el objeto cerca
de los espíritus alumbrados y la causa de su rápido éxito en Francia; es alla así dónde
hay que ver la razón para ser ataques hirientes cuyo ocultismo es y será el objeto de
ciertos escritores espiritistas.
No negar la realidad de los hechos producidos, aplaudir al
contrario la publicación de todas las obras, a todas las experiencias que prueban la
existencia de estos hechos, pero procurar devolver las experiencias espiritistas de Sr.
Henry Lacroix con Alfred de Musset o las comunicaciones de Victor Hugo y de Juana
d' Arco hechos simples de psiquiatría, sin negarle jamás no obstante la comunicación
posible de un niño a su padre, es atraerse seguramente la animosidad de los que
quieren ser consolados ante todo. Maltratamos mucho el Ocultismo sin conocerlo, la
mayoría de las veces; hicimos nuestros esfuerzos en este folleto para devolver la
cuestión de su terreno verdadero.
El título dado a este folleto no tiene otra pretensión que la de indicar el origen HISTÓRICO
de las doctrinas que tratamos de exponer de nuestro mejor.
Es con la CIENCIA DE LOS
MAGOS que el Ocultismo directamente se relaciona y, para probarlo, nos ocupamos de
citar a autores, escogidos en cada siglo, desde la época de Zend Avesta y de la Cábala
hasta 1825, particularmente insistiendo en el XVI siglo, notable desde este punto de
vista.
Nuestras citaciones son sacadas, para la inmensa mayoría, de traducciones hechas por
miembros de nuestra Universidad, con el fin de que no se pueda acusarnos de haber
traicionado el pensamiento de un autor. Por fin reenviamos al autor, conservando ante
nosotros el nombre de los traductores y la devolución al capítulo, a sólo fina de poder
decir, si es necesario, SIC VOBIS NO VOBIS.
Esperamos así responder de nuestro mejor a los que, por no conocer los primeros
elementos de la historia de las doctrinas filosóficas, se figuran que inventamos el
ocultismo.
No tenemos más título a tal honor como de llevar el nombre de "Mago" que se quiso
imponernos a pesar de nuestras protestas vivas. Consideramos en efecto el empleo de
estos títulos de otra edad como las satisfacciones de una vanidad tonta, excusables para
un principiante, pero ridículas en primer lugar para un escritor serio y sobre todo
como muy perjudiciales para la consideración que debe atarse toda búsqueda sincera.
En el XIX siglo hay título serio sólo lo que se gana al examen, que aquellos a los que
puede conquistar en las Facultades. Reforme los exámenes, cree de allí de nuevos si tal
es su placer, pero jamás fije un título que no ofrece ninguna garantía de saber como los
de "Mago" o de hiérophante ". Podemos no tener ningún diploma y manifestar del
genio. ¿ Por qué remedar en este caso lo que está en derecho a despreciar?
Pero, para volver al Ocultismo, a este antiguo ciencia de los Magos, recordemos que el
fin del trabajo presente es ofrecer UN RESUMEN MUY SUCINTO de la cuestión.
Somos
obligados a enunciar, en forma de afirmaciones dogmáticas, ideas que a menudo
pedirían desarrollos largos. También reenviamos a los lectores curiosos de otros
detalles sobre el Nacimiento, la Muerte, los siete Principios y la Historia, etc., nuestra
obra precedente, TRATADO METÓDICO DE CIENCIA OCULTA, 1200 páginas donde encontrarán
tablas numerosas e informaciones complementarias o sea sobre la Bibliografía, o sea
sobre la Doctrina.
No obstante el resumen que le presentamos al público es totalmente inédito y no es
formado por una elección ecléctica entre nuestros estudios precedentes. Es pues un
ensayo de difusión de nuestras ideas, ensayo sobre el que el lector sabrá excusar las
oscuridades y las debilidades.
Papus
El 20 de marzo de 1892
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